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Categoría: EDUCACION

Nos escribe un experto en temas educativos con su su opinión acerca de la educación diferenciada.

 

Fernando Ruiz Retamar Director del Colegio Saladares, Almería (España)

Razones para una tendencia

 

Las escuelas diferenciadas están aumentando en los países más desarrollados. En Estados Unidos republicanos y demócratas unieron fuerzas para revisar la  legislación educativa, y en 2002 lograron derogar la ley federal que imponía la enseñanza mixta en el sistema público; en 2004 se anunciaba un proyecto de ley que obliga al sistema público a ofrecer proyectos de educación diferenciada por sexo.

 

En 2004, los socialistas y los verdes de Alemania, con el apoyo de los movimientos feministas consiguieron que se autorizasen clases diferenciadas por sexo en algunas asignaturas. Sus colegas austriacos y suecos los siguen de cerca 

 

            En Australia, en un solo año, crecieron las solicitudes de plaza para centros diferenciados en un 50%.

 

            El auge de la educación diferenciada en estos países responde a la experiencia y a investigaciones que demuestran que “la escuela diferenciada beneficia el proceso de aprendizaje, ayuda a un mejor desarrollo de la personalidad de los alumnos y  consigue mejores resultados académicos”1. Según algunos estudios, este modo de organización escolar está en mejores condiciones para superar los estereotipos de género y para mejorar las actitudes de respeto hacia el otro sexo.

 

            En un primer momento, las investigaciones se centraron preferentemente en las ventajas de esta educación para las chicas y sus conclusiones provocaron un cambio de postura de gobiernos, partidos políticos y movimientos feministas. Luego se han valorado también las ventajas para los chicos, especialmente desde la publicación del estudio  “The fragile male” por S. Kraemer  que inició un gran debate científico sobre “la vulnerabilidad masculina”.

 

Una mirada atrás

 

Hasta mediados del siglo XX, la educación separada para chicos y chicas era la regla general en toda Europa. En la década de los 60, empieza a generalizarse la escuela mixta porque era un modo de responder con facilidad y rapidez a la gran demanda de plazas escolares que provoca la llegada masiva de estudiantes al sistema educativo por la alta natalidad en los años precedentes y por la generalización de la enseñanza obligatoria. España seguirá esta tendencia a partir de 1970,  pero será en la década de los 80 cuando la enseñanza mixta se imponga como modelo único en la escuela pública y cuando las presiones políticas a la escuela concertada lleven a generalizar ese modelo, salvo contadas excepciones.

 

La escuela mixta ofrecía ventajas para atender con rapidez la demanda en determinadas zonas, con un coste presuntamente menor. A esto se añadieron las presiones ideológicas de algunos grupos feministas, pero no hubo una investigación previa serena y rigurosa que avalase la validez pedagógica y formativa de la enseñanza mixta. Simplemente se aceptó como un postulado que no necesitaba demostración.

 

 

La fuerza de los hechos

 

            Las investigaciones recientes han comparado determinados parámetros en escuelas mixtas y diferenciadas, y han constatado que en la escuela mixta es más difícil atender a la diversidad de los alumnos, son más frecuentes los problemas de disciplina y de absentismo escolar y más altas las tasas de fracaso escolar2. La presencia de alumnos y alumnas en la misma aula genera dificultades de atención3 y, sorprendentemente, las aulas mixtas refuerzan los estereotipos de género4, cuando los partidarios de la coeducación señalaban su eliminación como un postulado de la escuela mixta.

 

Tres razones avalan el valor pedagógico de la educación diferenciada:

 

1. Atender mejor a cada alumno

 

Ser hombre y ser mujer son dos modos diferentes de ser persona. La idéntica dignidad de cada ser humano se realiza de modo diferente en cada sexo, incluso desde antes de nacer5.

 

Este hecho es aceptado hoy por un amplio sector del feminismo, como muestran declaraciones de personas tan señaladas como Cristina Hoff Sommers, Christa Meves, Heidi Simons, Hillary Clinton o Rosa Montero.

 

Los padres tienen claro que los ritmos de maduración personal son diferentes en niños y niñas. Las chicas adelantan su madurez en la educación secundaria y, en las aulas coeducativas, suelen acaparar los primeros puestos. Esto provoca con frecuencia que los chicos renuncien a una renuncien a una estimulante competencia, al reducir sus aspiraciones intelectuales. Como reacción a esta percepción de inferioridad, los chicos  suelen reaccionar con excesos de violencia y actitudes sexistas6. Esta situación se acentúa por el hecho que de que el 90% de los docentes no toma en cuenta las diferencias de sexo7 por lo que exigen lo mismo y del mismo modo a niños y a niñas y esto no es bueno para ninguno.

 

En ese marco no es infrecuente que los chicos sean castigados por comportarse como chicos con gran vitalidad, inquietos, desordenados. El axioma de la identidad de los sexos provoca en ocasiones que algunas conductas completamente normales  se interpreten como síntomas patológicos e incluso se lleguen a tratar médicamente sin necesidad, como se ha llegado a comprobar en el 20% de la población escolar masculina de algunos distritos de Estados Unidos8.

 

Por el contrario, no faltan los casos en que los chicos acaparan la atención de los profesores, en detrimento de la atención que reciben las chicas9.

 

Las investigaciones señalan que las chicas educadas en colegios femeninos tienen una actitud menos estereotipada, más elevado autoconcepto y mejor control interno. En estas escuelas les resulta más fácil adquirir  capacidad de liderazgo y establecer relaciones más sólidas con las compañeras y el profesorado.

 

 

 

 

2. Mejorar el proceso de socialización

 

            Una de las misiones fundamentales de la escuela es ayudar a las familias a enseñar a los chicos a vivir en sociedad. Dado que la vida es mixta, una teoría afirma que la coeducación resultará más eficaz a estos efectos, sin embargo, algunos estudios señalan lo contrario: la conducta de los chicos suele ser más agresiva en centros mixtos, a pesar del pretendido efecto moderador que supondría la presencia de las chicas. 

 

En los centros diferenciados los chicos se encuentran más cómodos para escoger asignaturas o carreras “típicamente de chicas” (arte o literatura) y lo hacen en mayor proporción. Lo mismo ocurre a las chicas con asignaturas “masculinas”, como ciencias e ingenierías.

 

            Por otro lado,  los jóvenes necesitan ver personas adultas que les sirvan como modelo. Cada persona necesita modelos de su mismo sexo, especialmente si han crecido en hogares monoparentales, y los centros diferenciados suelen ofrecer una mayor proporción de profesores que pueden servir de y punto de referencia a los alumnos, con los que es posible un diálogo natural, profundo y enriquecedor.

 

3. Mejorar el rendimiento académico

 

            Chicos y chicas no aprenden igual. Habitualmente ellos necesitan una explicación más razonada y analítica mientras que ellas responden mejor a una dinámica más ágil e intuitiva. Cuando hay niños y niñas en el aula el profesor ha de elegir, porque con un método ellas se aburren mientras que con el otro los chicos se pierden.

 

            Probablemente ésta sea una de las causas del mejor rendimiento académico de los alumnos de escuelas diferenciadas, junto al diferente ritmo de maduración de chicos y chicas. Como muestra de los muchos estudios que se han realizado, podríamos citar:

 

            El Australian Council for Educational Research siguió durante seis años a 270.000 alumnos escolarizados en ambos tipos de centros. El informe publicado en 2001 señala que las escuelas diferenciadas habían obtenido resultados entre un 15% y un 22% mejores

 

            Los resultados del General Certificate of Secundary Schools indicaban en 2002 que el 60% de los colegios públicos mejor clasificados en Inglaterra y Gales no eran mixtos. En los resultados de los últimos cinco años del estudio  Top independent schools, publicado por Financial Times,  las 25 mejores escuelas ofrecían enseñanza diferenciada.

           

            Lee y Bryk investigaron una muestra de 75 High Schools de los Estados Unidos y constataron que los alumnos de centros diferenciados obtenían mayor rendimiento académico y manifestaban aspiraciones más altas10.

 

El informe correspondiente a 2003 sobre las escuelas de Ontario (Canadá) manifiesta que diez de los dieciséis centros con mejores resultados ofrecen enseñanza diferenciada.

 

 

Un modelo educativo no discriminatorio

 

            La libertad de enseñanza, reconocida por el artículo 27 de nuestra Constitución, ha de ser interpretada “de conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España”11.

 

            En 1960, la UNESCO indicó expresamente que “no es discriminatorio mantener centros de enseñanza separados para los alumnos de sexo y masculino y para los de sexo femenino”, siempre que se ofrezcan, a chicos y chicas, iguales oportunidades en las escuelas separadas, con un nivel de calidad semejante. En 1999, el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU recordó la plena vigencia de este artículo.

 

Sin salir de nuestras fronteras, la Audiencia Nacional sentenció en 1999 que “el hecho de que en un centro docente se impartan enseñanzas sólo a niños o sólo a niñas no puede considerarse que suponga una discriminación por razón de sexo”.

 

Anteriormente el Tribunal Constitucional había declarado que la Constitución “no prohíbe toda diferencia de trato en el ejercicio de los derechos y libertades: la igualdad sólo es violada si la desigualdad está desprovista de una justificación objetiva y razonable”. La educación diferenciada no discrimina a los alumnos, sino que pretende atender mejor a la diversidad natural de chicos y chicas en aulas diferentes, pero con “una educación de igual calidad, con idénticos contenidos, pero de la forma más adecuada a las capacidades de cada uno”8.

           

Una opción de libertad

La Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 26.3 establece que “los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que se dará a sus hijos”. La Constitución Europea en su artículo 74 consagra “el derecho de los padres a garantizar la educación y la enseñanza de sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas”.

 

Un modelo único, sea el que sea, atenta contra los derechos de la persona. En una sociedad democrática y plural los poderes públicos deben  asegurar que todos los padres puedan elegir el modelo educativo que prefieren para sus hijos y garantizar la gratuidad de la enseñanza obligatoria,  independientemente del modelo que cada cual haya escogido.

 

Fernando Ruiz Retamar

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___________________________

1 “La educación diferenciada”. COFAPA, 2004

2 CONLON, R.W. “Teaching boys. New research on masculinity and gender strategies for schools”. Teachers College Records, 98. 1996

3 Fisher and Potter (1977), Sarah et alii (1980),  Barba & Cardinale (1991), etc.

4 Lenskyj 1990, entre otros.

5 RHOADS, Steven. Taking sex differences seriously. 2004.

6 MOSCONI, Nicole. Effets et limites de la mixité scolaire. 2004

7 WOLCOTT, Jennifer en The Christian Science Monitor ; 25-10-2004

8 CALVO CHARRO, María: “Todos iguales pero diferentes. El derecho a una educación diferenciada”. 2004.

9 American Association of University Women: How Schools Shortchange Girls. Washington D:D:, 1992

10 LEE, V.E. & BRYK, A.S: “Effects of single-sex secondary schools on students achievements and attitudes”. Journal or Educational Psychology, 78, 1986.

11 Constitución Española. Artículo 10.2

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