Cuando la adversidad golpea a una familia, el matrimonio debe reforzar la unión


José Luis Mota




Había ido a ver el resultado de las pruebas a la consulta del Jefe del Servicio de Psiquiatría, por unos frecuentes dolores de cabeza que tenía. La cara del médico era ya un reflejo de lo que le dijo: No hay nada que hacer, tiene un tumor en la cabeza que no se puede operar. El enfermo pregunta casi con un susurro: ¿cuánto tiempo de vida? -Seis meses. Se vio como se desplomaba. En este caso le tocó al psiquiatra ayudante acompañarle fuera. Le preguntó: ¿qué planes tenía? Estaba preparando la boda para dentro de unos meses. No cambie sus proyectos, le aconsejó el ayudante. Si se quieren, y-sobre todo- ella le quiere, no tienen por qué dejar de hacer una cosa grande y hermosa como es el matrimonio, por una contrariedad, por grave que sea, como la suya. Cuando me lo contaron ya tenían dos hijos.

Muchos matrimonios en estos momentos de crisis, de desahucios y de dificultades habrán recordado, aquellas frases del consentimiento el día de la boda:”Yo, te recibo a ti, como esposa (o esposo) y me entrego a ti, y prometo serte fiel, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte, todos los días de mi vida.”Cuando la adversidad golpea a una familia, el matrimonio debe reforzar la unión, "apiñarse más" y unir a los hijos, si tienen edad, porque ellos son obra del amor de sus padres.