Una vez más nos quieren engañar con eufemismos


José Luis Mota




Una vez más nos quieren engañar con eufemismos (sustituir la palabra clave y acertada, “eutanasia”, por una expresión, “muerte digna”, que falsea la verdad y la dulcifica). La muerte ha sido, casi siempre, un acontecimiento doloroso. Los médicos en su tarea, que todos admiramos, han buscado la forma de aliviar o paliar el dolor ( ahora se llaman “cuidados paliativos”).

El sufrimiento es un misterio que tiene sentido redentor, para los cristianos, cuando se une al de Jesús en la Cruz. El dolor puede ser el del paciente o el de los familiares que soportan la tensión y el cansancio que supone atender un día y otro al enfermo en casa o acompañarle en el hospital. Legalizar la “eutanasia”, supone no pararse a pensar que atenta contra el “no matarás”, porque la eutanasia es: poner fin a una vida humana por una acción directa o por omitir algún tratamiento necesario: porque a nadie se le debe privar de los cuidados ordinarios que como enfermo necesita.

Diferente es que se quiera evitar el dolor con analgésicos o con los cuidados paliativos, que no tienen el objetivo de causar la muerte, aunque, en algún caso, acorten la vida. Es legítimo, y la Iglesia siempre así lo ha explicado, que el enfermo, o en su nombre la familia, con el consejo del médico, renuncie al “encarnizamiento terapéutico”, que sería utilizar medios o tratamientos médicos desproporcionados para prolongar la vida, cuando no hay expectativas razonables de obtener una curación efectiva.