El libro de Benedicto XVI sobre la persona y la figura de Jesús de Nazaret


José Luis Mota



Hace unos días se puso a la venta el libro Jesús de Nazaret, que ya estaba agotado en casi todas las capitales de España al poco de su aparición. Ha tenido tal éxito de lanzamiento que, a la tirada inicial de 50.000 ejemplares, el mismo día de su aparición, la editorial la ampliaba con 30.000 ejemplares más; que son cifras muy importantes para el mercado de la no ficción en España, como explica la casa editorial en un comunicado. en el que dice que espera que este primer libro del papa Benedicto XVI se convierta en el «fenómeno editorial del otoño en nuestro país, tanto por la expectativa generada entre los lectores como por lo sucedido en los países donde ya ha sido publicado (Italia -ya se han vendido medio millón de ejemplares-, Alemania y Polonia), donde se ha consolidado como un gran éxito de ventas».

A Benedicto XVI, cuando todavía era Ratzinger, profesor de teología o cardenal, le llevó a empezar este trabajo su preocupación por la pérdida, el arrinconamiento e, incluso, la indiferencia ante Dios de la mujer y del hombre de hoy. Y en cuanto ha tenido preparada una parte, la ha sacado a la luz, para poner ante los ojos del hombre contemporáneo la figura de Jesús, el Hijo de Padre Dios enviado a la tierra. En este volumen se tratan algunos aspectos más desconocidos del paso del Mesías por la tierra: su vida pública, su predicación y sus milagros; y se dejan para otros volúmenes sucesos más conocidos de la vida de Jesús, como son su nacimiento e infancia y su Pasión, muerte en la cruz y resurrección.

A los creyentes, la lectura del libro les hará contemplar y profundizar sobre la presencia de Dios entre los hombres, que responde al conocimiento que ellos ya tienen sobre Jesús. Pero, no se puede olvidar que el autor, además de un hombre de fe, es un sutil teólogo que lleva la reflexión hasta el fondo. A alguno, que desde hace mucho tiempo, no hubiera leído el Evangelio o una vida de Jesús, se le puede hacer un poco costoso encuadrar algunos detalles, a los que el libro hace referencia, con algunos pasajes que el lector ya no tiene frescos.

Para los no creyentes, el libro, sin duda, les hará ver cómo han avanzado las investigaciones y el pensamiento, en los dos últimos siglos, sobre el contenido del mensaje cristiano. Y quizá les pueda pasar lo que al centurión romano que controló la ejecución de Jesús en el Calvario y que tuvo que reconocer al final: «Verdaderamente este hombre era hijo de Dios». El libro -de 448 páginas, con muy buena presentación- une junto a la experiencia personalísima del teólogo un enfoque pastoral que, a través de un extraordinario comentario del Evangelio, ofrece una introducción a los principios del Cristianismo. Su más importante conclusión sería que para entender la figura de Jesucristo es necesario apoyar- se en su unión con el Padre.